Cuenta la leyenda que en una región del Medio Oriente, una hermosa doncella visitó al sabio médico de la aldea, preguntándole cuál era el mejor remedio para mantener la belleza y la juventud eterna.
El anciano sabio la miró atentamente y sacando un elixir mágico, le indicó que frotara el frasco cada día y después de invocar a Dios debía beber un sorbo cada mañana.
Pasó el tiempo y la mujer se mantuvo siempre hermosa y joven, ahí mismo se enteró por el joven discípulo que el anciano había muerto, muy intrigada le preguntó el porqué, ya que había poseído el don de la curación, y el joven le respondió que su maestro había vivido largos años y muy bien, hasta que el Dios supremo, hacedor de todas las cosas, lo había llamado para que se siguiera cumpliendo el ciclo evolutivo de la naturaleza.
Hasta el presente; pildoras, elixires, cirugías plásticas, tratamientos mágicos, se han ensayado y se seguirán ensayando con justa razón para tratar de evitar los achaques de los años, algunos con bases y estadísticas científicas, otros puramente empíricos y con resultados dudosos.
Pero hasta el presente la utilización de la Hormona del Crecimiento (GH), producto de la ingeniería genética, parece llevar la delantera. Esta hormona es producida por la hipófisis y juega un papel importantísimo en la infancia y en la pubertad, a la altura de los 25 a 30 años su producción declina y sería un factor importante a tener en cuenta en el proceso del envejecimiento.
La utilización de la misma, con criterio médico en asociación con minerales; estos últimos "dinamizados", "activados" y "magnetizados" con técnicas farmacológicas nuevas, permite recuperar años, vigorizando el organismo y aumentando su energía e incrementa el sistema inmunológico que es la base esencial para todo tipo de tratamiento.
Otras observaciones verificadas fueron los cambios positivos en la tersura de la piel,y el mejoramiento de la función cardiovascular en los pacientes añosos. Se ha verificado un real aumento de la masa y fuerza muscular en deportistas, con una pérdida de grasas en exceso, por supuesto que la realización de medidas higiénicas -dietéticas son fundamentales (dietas, ejercicios, tratamientos antiestrés), que habitualmente los pacientes lo toman como consejos médicos y no como parte del tratamiento en sí.
Hasta 1989 el Dr. Daniel Rudman utilizó recombinación de HGH en sus estudios sobre personas entre 61 y 85 años, con los que estaba experimentando los síntomas de la edad.
En seis meses el grupo control no mostró cambios mientras que el grupo HGH mostró un rejuvenecimiento global. Incluyendo un 8,8 % en el incremento de su masa corporal y una pérdida del 14% de la grasa corporal sin ninguna dieta, ejercicio o cualquier cambio en el estilo de vida.
Aproximadamente en la misma época, las investigaciones en Europa estaban orientadas en el estudio de personas con ausencia de glándula pituitaria de origen quirúrgico o por enfermedad.
Las conclusiones coincidían con las del grupo control que no habían Rudman, existiendo una reducción general del sistema con signos palpables de degeneración. Hay alrededor de 28.000 estudios realizados que informan de resultados positivos de la HGH (Hormona de Crecimiento). Sin embargo, lo más remarcable en esta búsqueda fue el hallazgo de los efectos secundarios.
Fue el Dr. Edmund Chein quien resolvió el problema diseñando una dosis baja (LD) con un sistema de alta frecuencia (HF) en la terapia con la HGH.
Chein dio a sus pacientes una dosis muybaja, una en la mañana y otra antes de ir a dormir, seis días a la semana. Dándolo de esta forma, la HGH no producía ningún efecto secundario.
Pero reconociendo todas las dificultades económicas y sociales que se están pasando y sin grandes costos, la ciencia nos está permitiendo que los años dorados de nuestra juventud sean duraderos, para llegar a nuestro otoño de la manera más apacible.