A la mayoría de nosotros nos gustan los alimentos dulces, pero ¿cómo hacemos para que esto no afecte nuestro peso y en definitiva, nuestra salud?
Existen edulcorantes naturales (como el azúcar blanco o negra, la miel y la stevia) y edulcorantes artificiales o sintéticos. Cada uno de ellos tiene sus propias características y ventajas.
Sin embargo, los especialistas aseguran que lo mejor sería reducir la ingesta de ambos. Ninguna de ellas es una buena opción si se consume en exceso o si se padece tendencia o alguna enfermedad relacionada con la diabetes, o el sobrepeso, etc.
Pero ¿cómo hacemos si su consumo se ha transformado en casi inevitable? Hay muchísimos productos alimenticios que contienen edulcorantes naturales y sinteticos… yogures, postres, mermeladas, golosinas, bebidas, etc.
El azúcar blanco es el edulcorante natural por excelencia y es el de mayor consumo en la actualidad. Cada gramo aporta 4 kilocalorías. Las calorías del azúcar blanco se consideran “calorías vacías”, debido a la perdida de las vitaminas y minerales que se pierden durante su fabricación y refinado. Por lo tanto, consumir azúcar blanco con la excusa de “ser un producto natural” ya no es una decisión acertada… al ser un producto refinado pierde “todo lo natural” que poseía.
Por lo tanto el azúcar es un producto “natural” pero que contienen grandes dosis de energía y calorías. Hay que tener en cuenta que su único aporte nutricional son hidratos de carbono que nuestro cuerpo luego trasforma en energía. Si consumimos en exceso, ese hidrato se transforma en grasa.
El uso de edulcorantes artificiales es objeto de múltiples polémicas, desde la perspectiva del balance riesgo – beneficio. Por un lado, son aceptadas por la ausencia de calorías que favorece a la perdida de peso, al cuidado dental, y a la diabetes. Pero por el otro, se desconfía si tiene o no relación directa con enfermedades graves como el cáncer.
Los edulcorantes sintéticos son productos químicos que pueden endulzar entre 50 y 600 veces mas que el azúcar, ofrecen muy pocas calorías por eso se han convertido en populares. Pero así como se han reconocido por todos, también son objeto de relaciones con enfermedades como el cáncer, aunque ninguno de los estudios ha encontrado aun una relación directa.
Como todo lo que consumimos y hacemos, el edulcorante artificial es “sano” hasta un tope. Este límite lo llamamos ADI (ingesta diaria aceptable). Aunque ADI no sea un umbral de toxicidad, es conveniente evitar superar esta línea. El valor del ADI depende del peso y de cada persona.
La recomendación entonces es ir variando su consumo, comprando marcas y productos distintos tipos de edulcorantes, para evitar el exceso de consumos de alguno de ellos. También es importante moderar el consumo de productos Light y Diet.
Una opción dentro de los edulcorantes naturales es el azúcar negra, que por tratarse de un producto menos refinado que la blanca, conserva algunos minerales y vitaminas del producto inicial.
Otro edulcorante natural es la miel, por el contrario, es mucho más rica que el azúcar de mesa en su contenido de minerales y vitaminas. Posee prácticamente igual valor energético que el azúcar.
Tanto el azúcar como la miel son fuente de energía de fácil y rápida asimilación.
Al contario de la creencia popular, no existe ninguna ventaja nutricional de la miel sobre el azúcar. Aunque la miel contiene vitaminas y minerales que no se encuentran en la azúcar, las cantidades son tan pequeñas que no tienen relevancia en términos de necesidades diarias.
Pero aparentenmente el mejor de todos los edulcorantes naturales es la poco conocida Stevia. La Stevia es una planta originaria de Latinoamerica, que endulza 200 veces más que el azucar. El esteviosido es el principio activo de la Stevia, y no aporta calorias. Japón comenzó sus investigaciones con la Stevia hace mas de 30 años y despues de varios estudios concluyó que no es cancerígeno, y que aportaria varios beneficios para la salud humana.
Como conclusión y recomendación, lo ideal es acostumbrarse a consumir los alimentos y bebidas con su sabor original, sin agregarle nada. Poco a poco iremos descubriendo el verdadero sabor de los alimentos. Y si hay que elegir un edulcorante, es preferible que sea un edulcorante natural, y que no sea nocivo para la salud.