El hombre y las hormonas

Las mujeres se preocupan por la llegada de la menopausia y los hombres las miran con aire compasivo, como si ese estado fuese algo ajeno a su propio género.
Inmediatamente, esos mismos hombres comienzan a preocuparse por cosas más importantes -para ellos- como el mal humor, la irritabilidad y cierto decaimiento que, por motivos aparentemente desconocidos, fueron apareciendo. Entonces, apuntan al culpable de todos sus males: el estrés, una suerte de chivo expiatorio que sirve para enmascarar la verdadera causa del problema. Y si aquellos estados de ánimo o cansancio, se mezcla con algún grado de disfuncionalidad sexual, entonces las medidas más frecuentes que se eligen siguen relacionadas con el combate al estrés. ¿Una consulta al médico? Por ahora, no. Primero unas pequeñas vacaciones, menos trabajo y algunas distracciones que ayuden a superar las preocupaciones cotidianas de la vida moderna.

Finalmente, cuando ninguna de estas recetas caseras resuelve el problema, entonces sí comienzan a pensar en otras cosas. Por ejemplo, en la andropausia, un fenómeno natural que afecta a los hombres a medida que pasan los años. "Muchas veces, los médicos tenemos que confrontar incluso con la actitud mental del paciente" -dice el doctor Santiago Brugo Olmedo-. Después de los 50 años este tipo de síntomas aparece con asiduidad y no son provocados por tensiones psicológicas, preocupaciones cotidianas ni el consabido estrés, sino que en muchos casos simplemente se trata de cambios hormonales. Es que, al igual que las mujeres, ellos también están regidos por sustancias químicas que regulan la actividad metabólica de diferentes órganos. El proceso denominado andropausia o envejecimiento hormonal se inicia con una disminución de los niveles normales de la testosterona biodisponible, una hormona que no sólo incide en el deseo o la capacidad sexual, sino también en otras importantes áreas de la vida.

Esta reducción puede desencadenar falta de memoria, disfunciones sexuales, pérdida de solidez en los huesos, menor elasticidad muscular e incluso cambios en el carácter. Con el paso de los años, el bajo nivel de testosterona provoca un incremento del tejido adiposo, lo cual genera una sobrecarga cada vez mayor del músculo cardíaco. La producción de testosterona puede ser estimulada en forma natural mediante un régimen especial de comidas y ejercicios físicos, pero si continúa siendo escasa debe ser inducida por medio de medicamentos o directamente incorporada al organismo en forma sintética.

Cuando se trata de síntomas relacionados con la sexualidad o que afectan la virilidad, los hombres suelen demorar la consulta con un especialista. Pudor, condicionamientos culturales, dificultades para asumir que el tiempo transcurre para todos, suelen ser las razones que llevan a muchos a reemplazar la consulta médica con recetas caseras tan populares como ineficaces. Cuando sólo se registra cansancio o decaimiento físico, los hombres suelen considerar que no es motivo suficiente para concurrir al consultorio.

Los síntomas que provoca la carencia de testosterona suelen afectar la relación de pareja y otros aspectos vinculados con la sociabilidad. Este tipo de complicaciones puede evitarse con un control periódico de los niveles de testosterona. Para ello basta un simple análisis de sangre, una consulta a tiempo y un tratamiento, depende del caso que se trate, que permita seguir adelante con una vida normal y más plena.

La información contenida en este articulo tiene una función meramente informativa. Ante cualquier duda consulte a su medico o terapeuta .
Fuente: Dr. Santiago Brugo Olmedo
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