Como se ve, el "mal dormir"
(o no dormir) acarrea un cuadro de angustia complejo y culposo, que se intenta
superar mediante métodos poco naturales. Lo más usual es recurrir
a la farmacopea, con somníferos sedantes o tranquilizantes con lo
que únicamente se logra disminuir el síntoma y aumentar las causas.
Psicológicamente, es una actitud cegadora de la realidad. Las estimaciones
efectuadas por la Organización Mundial de la Salud mostraron que
anualmente se consumen, en el continente. americano, cerca de ochocientas toneladas
de estas drogas. Lo importante es saber que las pildoras para dormir ingeridas
sin un riguroso control médico causan un sinnúmero de desórdenes
su acción promedio alcanza las 18 hs que en rasgos generales
comprenden:
1) trastornos digestivos, 2) disturbios,
circulatorios, 3) deterioro sanguíneo, 4) problemas respiratorios, 5) reacciones
en la piel, 6) alta presión, 7) baja resistencia a los contagios, 8) dermatitis,
9) alteraciones en el sistmea nervioso central, 10) pérdida de memoria,
11) confusión, 12) irritabilidad, 13) menoscabo del vigor sexual, 14) ansiedad,
15) animo melancolico. Lo peor de estas drogas no es justamente la quincena
de disturbios puntualizados, sino que provocan adicción.
Quien
se apoya en las pildoras para poder dormir, difícilmente lo logre
posteriormente sin su ayuda, alterando peligrosamente sus ciclos vitales, y además
causando ese fenómeno que popularmente se designa como "dormir
sin descansar". Por otra parte, tampoco es positivo achacar a circunstancias
afectivas o emocionales la totalidad de los insomnios. Pueden existir motivaciones
de orden fisiológico, como insuficiencias crónicas. reacciones medicamentosas,
trastornos respiratorios, resfríos, segregación nocturna de rnucosidades,
alergias, males cardíacos, dolor, intoxicación por alcohol o tabaco.
Las tensiones excesi-vas impiden asimismo una relajación total que induzca
al sueño para lo cual más recomendable es la Quiropraxia. o sea
la técnica de volver músculos y articulalaciones al lugar donde
deben estar. La Homeopatia tambien ha dado excelentes resultados al accionar sobre
los elementos básicos que componen el cuerpo humano (sodio, potasio, hierro,
calcio, magnesio; fosforo, etc), equilibrándolos. Contra esta armonía conspira
la vida moderna con su apresuramiento, cambios rápidos, aire contaminado,
ruido excesivo, y otras agresiones que alteran nuestro sistema nervioso provocando
el estress. Como es usual, un régimen alimentario equilibrado ayuda
a conciliar el sueño, ya que una de las principales causas del insomnio
es la digestión incorrecta, con su consiguiente deficiencia de vitaminas,
minerales y enzimas. Una dieta acorde, no se circunscribe únicamente a
los alimentos, sino a cómo ingerirlos. Un breve punteo que abarque ambos
aspectos es el siguiente:
1) Coma moderadamente, no más dejo que
el cuerpo le exige, deténgase cuando se siente satisfecho. 2) Coma
solamente cuando tiene hambre, hágale más caso a su cuerpo que al
reloj. 3) Mastique y trague despacio pues la digestión comienza por
la boca. 4) Procure no comer si está emocionalmente alterado o excitado.
5) Prefiera los alimentos frescos por encima de los preprocesados; así
como las frutas y vegetales de estación, carnes magras y cocina liviana.
6) No coma carnes fibrosas, de animales muy gordos, que son difíciles
de digerir. 7) Aléjese de los alimentos con conservadores,aditivos,
colorantes, ya que esos productos suelen causar hiperactividad y son de muy lenta
eliminación. 8) Abandone el azúcar y la harina blanca. 9) Destierre
el café de sus comidas, luego el té común; cámbielos
por el tilo, té de jazmín o el mate. 10) Tome diariamente dos
vasos de jugos de frutas, preferiblemente de zanahoria o tomate. 11) Ingiera
alimentos ricos en calcio, elemento relajante y sedante, que sirve a la oxigenación.
En
este último aspecto, se confirma lo favorable que resulta tomar un vaso
de leche con miel, al igual que comer huevos y otros alimentos ricos en calcio
y vitaminas del complejo B.
En el aspecto habitacional, es fundamental
contar con una cama y un dormitorio acogedores. Este debe hallarse bien ventilado,
con el aire que corra libremente sin provocar rachas, sin olores desagradables
de humedad, cigarrillo o comida. La cama debe poseer un colchón duro, sin
ser una tabla, con una almohada baja y no demasiado mullida; cubierta por sábanas
suaves y siempre limpías, con cobijas livianas bien sujetas y abrigadas
aunque absorbentes. La posición ideal es boca arriba, con los brazos
a ambos costados, la cabeza continuando la linea de la columna vertebral y los
pies hacia aufera. Afirmar que existen recetas infalibles para el insomnio sería
escasamente serio. Hay multitud de métodos. Aquí ofrecemos una guía
auna los sistemas más divulgados, sin despreciar lo psicológico,
lo fisiológico y hasta el yoga:
Trate de recuperar el ciclo natural. Aunque se duerma en todas partes durante
el día, haga un esfuerzo camine, pasee, mantenga el cuerpo en constante
movimiento, no se siente en los colectivos, coma, beba agua mineral, llegue hasta
la noche y entonces sí: duerma. Antes de acostarse dése
una larga ducha. Vaya cambiando la temperatura del agua, más fría,
más caliente sin congelarse ni achicharrarse para la circulación.
Después tome leche con miel o un té de tilo y acuéstese
mirando el techo. Recostado boca arriba, cierre los ojos. Imagine un
punto en el espacio y vacío blanco alrededor. Concéntrese
en ese punto. No desvíe la atención. Aléjelo, pero no lo
pierda de vista. Acérquelo y aprecie cómo no cambia. Fíjelo
en su mente. Estire los dedos de las manos y de los pies uno por uno.
Gire el cuello hacia la izquierda y hacia la derecha en círculos cada vez
más amplios. Descanse. Comience la tarea de relajamiento; afloje los párpados,
las cejas, la frente, el cuero cabelludo, las orejas, la nuca, el cuello, los
hombros, los brazos, las manos, el vientre, las piernas, los pies, de adentro
hacia afuera y en ese orden. Afloje todo el cuerpo, boca arriba. Sienta
cómo su columna vertebral se va acomodando, pegándose a la cama.
Imagine que de la zona lumbar comienza a descender un enorme peso que lo tira
hacia abajo. Ese peso lo amarra fuertemente al centro de la Tierra y le impide
despegarse. Concéntrese en ello. Si todo esto llega a fallar,
incorpórese y realice media hora de gimnasia violenta, con trotes, saltos,
flexiones, controlando la respiración y emitiendo un breve sonido al soltar
el aire. Luego acuéstese nuevamente y repita cualquiera de los ejercicios
planteados más arriba.